sonria, mañana puede ser peor

domingo, 12 de diciembre de 2010

El banquero

Una tarde un famoso banquero iba en su limusina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo césped. Preocupado, ordenó a su chófer detenerse y bajó a investigar. Le preguntó a uno de ellos:

- ¿Por qué están comiéndose el césped?

- No tenemos dinero para comida -dijo el pobre hombre- por eso tenemos que comer césped.

- Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré -dijo el banquero.

- Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.

- Que vengan también -dijo nuevamente el banquero.

Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:

- Ud. también puede venir.

El hombre, con una voz lastimosa dijo:

- Pero, Señor, ¡yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!

- Pues que vengan también -respondió el banquero.

Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:

- Señor, es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos.

El banquero le contestó:

- Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo. Les va a encantar mi casa... ¡El césped está como de veinte centímetros de alto!

Moraleja: Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces.

9 comentarios:

  1. Como hoy otra vez toca currar me he pasado por aquí para empezar el día con una sonrisa. Muy bueno hay que ver los cabrones que son. Un fuerte abrazo.

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  2. Ese ha sido bueno, ¡¡apuntate una!!... ironico pero cierto, esos despues de crear ellos la miseria se venefician de los miserables.

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  3. Bonísimo y real como la vida misma. Un abrazo.

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  4. Perdón si no contesto mucho estos días a vuestros comentarios, pero es que no me encuentro muy bien. Pero me alegra muchísimo que me hagais saber si os gustan o no las entradas. Muchos besotessss grandes para todos.

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  5. Muy buena la moraleja.
    Oye Montse, ponte buena (bueno, buena ya estás... acéptame el piropo), gracias por regalarnos tantas risas.
    Para cualquiera cosa ya sabes dónde estoy ¿vale?

    Un besote.

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  6. Gracias por el piropo, eres un cielo Ximo. Besos

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  7. Que cabronazo el banquero, y yo que pensaba que podia tener buen corazón.
    No hace falta que dés las gracias, gracias te las tenemos que dar nosotros por ser como eres.

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