Un médico se encontraba sentado en la silla de su consultorio, después de haber mantenido relaciones sexuales con su paciente.
Pensando en lo que había hecho, su conciencia le repetía:
- ¿Pero cómo hiciste eso? ¡Qué vergüenza, perdiste toda la ética profesional!
Dios míoooooo..... que has hecho?
Al rato de estar culpándose de sus actos, observa que sobre su hombro derecho aparece un diablillo que le dice:
- Escúchame. . no seas idiota...
¡hay una cantidad exagerada de médicos que tienen sexo con sus
pacientes! ¿qué te crees? ¿que eres el único? Hazme caso... es de lo más
natural del mundo.... quedate tranquilo!!!
El médico convencido:
- tienes razón, si yo no hice nada malo.
- tienes razón, si yo no hice nada malo.
Al terminar de decir eso, en su otro hombro aparece un angelito y le replica al oído:
- ¡¡¡Acuerdate que eres veterinario, VE-TE-RI-NA-RIO, gilipollas!!!
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