sonria, mañana puede ser peor

lunes, 2 de agosto de 2010

Una bombilla en el culo


Un hombre de 54 años fue al hospital diciendo que dos días antes se había emborrachado y «había hecho algo» en su recto. Estaba avergonzado y los médicos no siguieron preguntando: directamente echaron un vistazo y vieron «una masa globular dura y lisa». Incapaces de entender qué era, le sonsacaron que estando borracho aceptó una apuesta de 100 dólares: ¿a que no te metes una bombilla de 100 vatios por el trasero? Usando espuma de afeitar como lubricante lo logró. Al día siguiente, ya sobrio, se dio cuenta de la estupidez y pensó otra: que podría defecarla como si tal cosa.

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