-Doctor, llevo tres semanas soñando que mi suegra viene a comerme cabalgando sobre un cocodrilo.
-¿Sí?, -contesta el psiquiatra
-Sí doctor, esos ojos amarillos, esa piel escamosa, esos dientes afilados.
-¡Hombre, que terrible!,- dice el psiquiatra.
Y el hombre contesta:
-¡Y espere que le describa el cocodrilo!
jejej como nos gusta meternos con la suegra. besos.
ResponderEliminarAunque acostumbremos a decir que nunca segundas partes fueron buenas, en este caso parece que no se cumple el dicho.
ResponderEliminarSaludos.
Curioso lo que se parecen todas las suegras
ResponderEliminarCurioso lo que se parecen todas las suegras
ResponderEliminarAy, las suegras ¿qué haríamos sin ellas? Nos quedaríamos sin chistes buenos. Un abrazo.
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