sonria, mañana puede ser peor

lunes, 6 de septiembre de 2010

SE NOTA LA DIFERENCIA

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Cómo ducharse como una mujer

Quítate la ropa y colócala en la zona correspondiente de la cesta de la ropa sucia, dependiendo de si es blanca o de color. Camina hacia el baño vestida con una larga bata. Si te encuentras a tu marido por el camino, cúbrete cualquier área expuesta. Observa tu psique femenina en el espejo, haz el firme propósito de ejercitarte más haciendo sentadillas, elevación de piernas, etc. Métete en la ducha. Usa una toallita facial, una toallita para los brazos, una toallita para las piernas, una esponja vegetal larga, una esponja vegetal ancha y una piedra pómez. Lávate el pelo una vez con un champú de pepino y salvia que incorpore 43 vitaminas. Lávate de nuevo el pelo para asegurarte que está limpio. Ponte un acondicionador capilar al pomelo mentolado. Lávate la cara con un cepillo facial de melocotón prensado durante 10 minutos hasta que se enrojezca. Lava el resto de tu cuerpo con un tónico a la nuez de jengibre y café arábico. Aclárate el acondicionador capilar. Aféitate axilas y piernas. Cierra el grifo. Escurre las superficies húmedas de la ducha. Usa un limpiador anti-moho. Sal de la ducha. Sécate con una toalla del tamaño de un país pequeño. Envuélvete el pelo en una toalla súper absorbente. Regresa al dormitorio vestida con una larga bata y la toalla en la cabeza. Si te encuentras a tu marido por el camino, cúbrete cualquier área expuesta.

Cómo ducharse como un hombre

Quítate la ropa mientras te sientas en el borde de la cama y déjala apilada. Camina desnudo hacia el baño. Si te encuentras a tu esposa por el camino, menea la pilila delante suyo mientras haces el ruidito del “cú-cu”. Observa tu psique masculina en el espejo. Admira el tamaño de tu pilila y arráscate el culo. Métete en la ducha. Lávate la cara. Lávate los sobacos. Suénate los mocos con la mano y deja que el agua se los lleve. Tírate un pedo y ríete del modo en que suena en la ducha. Pasa la mayor parte del tiempo lavándote las zonas privadas y sus aledaños. Lávate el culo dejando esos gruesos pelos pegados al jabón. Lávate el pelo. Hazte una cresta en el pelo con champú. Echa una meadita. Aclárate y sal de la ducha. Sécate parcialmente. No repares en el agua caída en el suelo por no haber colocado por dentro de la bañera la cortina de baño. Admira en el espejo de nuevo el tamaño de tu pilila. Deja abierta la cortina de baño, la estera húmeda en el suelo, y la luz y el ventilador encendido. Regresa al dormitorio con la toalla enroscada a la cintura. Si te encuentras a tu esposa por el camino, menea la pilila delante suyo mientras haces el ruidito del “cú-cu”. Tira la toalla húmeda sobre la cama.

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