Una tarde un famoso banquero iba en su limusina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo césped. Preocupado, ordenó a su chófer detenerse y bajó a investigar. Le preguntó a uno de ellos:
- ¿Por qué están comiéndose el césped?
- No tenemos dinero para comida -dijo el pobre hombre- por eso tenemos que comer césped.
- Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré -dijo el banquero.
- Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.
- Que vengan también -dijo nuevamente el banquero.
Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:
- Ud. también puede venir.
El hombre, con una voz lastimosa dijo:
- Pero, Señor, ¡yo también tengo esposa y seis hijos conmigo!
- Pues que vengan también -respondió el banquero.
Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró al banquero y le dijo:
- Señor, es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos.
El banquero le contestó:
- Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo. Les va a encantar mi casa... ¡El césped está como de veinte centímetros de alto!
Moraleja: Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces.
Muy bueno si señor.
ResponderEliminarComo hoy otra vez toca currar me he pasado por aquí para empezar el día con una sonrisa. Muy bueno hay que ver los cabrones que son. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEse ha sido bueno, ¡¡apuntate una!!... ironico pero cierto, esos despues de crear ellos la miseria se venefician de los miserables.
ResponderEliminarBonísimo y real como la vida misma. Un abrazo.
ResponderEliminarPerdón si no contesto mucho estos días a vuestros comentarios, pero es que no me encuentro muy bien. Pero me alegra muchísimo que me hagais saber si os gustan o no las entradas. Muchos besotessss grandes para todos.
ResponderEliminarMuy buena la moraleja.
ResponderEliminarOye Montse, ponte buena (bueno, buena ya estás... acéptame el piropo), gracias por regalarnos tantas risas.
Para cualquiera cosa ya sabes dónde estoy ¿vale?
Un besote.
Gracias por el piropo, eres un cielo Ximo. Besos
ResponderEliminarQue cabronazo el banquero, y yo que pensaba que podia tener buen corazón.
ResponderEliminarNo hace falta que dés las gracias, gracias te las tenemos que dar nosotros por ser como eres.
Gracias, por hacernos sonreir....
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