A veces transformamos a nuestra voluntad la realidad.
No se si por el placer que nos produce tener siempre la razón o porque la realidad nos resulta a veces tan dolorosa como insoportable. Lo cierto es, que podemos llegar a perder incluso, toda objetividad sobre algunos temas tan reales como ciertos.
La falta de comunicación, asi como de otros valores humanos, nos han llevado en muchas ocasiones a vernos a nosotros mismos como los autenticos, los moralmente perfectos, los que nunca se equivocan y que por tanto, estan en posesión de la verdad más absoluta.
Pero si reflexionamos, nos daremos cuenta que a veces solo con pararnos a escuchar a la gente que nos rodea: familiares, amigos, hijos, etc., podremos descubrir que cada uno tiene sus inquietudes y que no necesariamente coinciden con las nuestras.
Creo que deberíamos escucharnos más los unos a los otros. A veces, nos evitaríamos sacar conclusiones erroneas de los demás.
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